El Gerundio como principio

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Con lo mío NO te metas

Usando la frase de la famosa canción de Cristina Maica y no precisamente para marcar territorio por un hombre, manifiesto mi rechazo a la Reforma Constitucional, porque para mí todo se resume en la intención del gobierno de adueñarse lo que por méritos propios nos hemos ganado, perpetuarse en el poder, además de tener el control absoluto sobre nuestras vidas y ni hablar del adoctrinamiento de nuestros hijos. Puedo entender al desposeído, al marginado, al analfabeta, al ignorante, al que no tiene hijos, al que no tiene familia, al que no ha inventado nada, al que no ha creado nada, al que no tiene casa, al que no tiene negocio, al que no posee bienes, que voten por el sí, porque siempre usarían la justificadora frase: “No tengo nada que perder”. Pero realmente si tendrían que perder y mucho: sus libertades.
Vivimos en un país en guerra desde hace 9 años, cada vez que hay unos comicios nos atrincheramos, vivimos en zozobra constantemente por culpa de un comandante que no quiere la paz y se empeña en alimentar odios.
Vivimos en un país donde tenemos la certeza que en los últimos años no hemos tenido unas elecciones limpias, con un CNE parcializadísimo (para muestra Jorge Rodríguez que debido a su “eficiente” actuación en las elecciones anteriores fue premiado con el cargo de Vicepresidente) además de la ventaja del sector oficial para conseguir electores de la nada teniendo toda la maquinaría gubernamental a su servicio y hacer aparecer o desaparecer nombres del registro electoral según les convenga.
Sin embargo, mi optimismo aún existe pero tiene la luz prendida de la reserva, razón suficiente para salir a ejercer uno de mis derechos como venezolana mientras lo pueda hacer, no me puedo quedar de brazos cruzados sin hacer nada. Pienso que no pierdo mucho saliendo a votar y que no gano mucho dejándolo de hacer. Pertenezco, al igual que muchos, a la clase de venezolanos trabajadores, descendientes de trabajadores que nunca nos han regalado nada y tampoco hemos robado nada a nadie, ni hemos vivido bajo privilegios de gobierno alguno. Nunca nos sentimos representados por el Comandante “mesmo” como para darle nuestro voto, pues nunca nos engañó con su palabrería y su carisma.

Por esto, el domingo 02 de Diciembre me levantaré temprano dispuesta a apretar doblemente el botón del NO a la imposición, NO a la expropiación, NO al autoritarismo, NO a la escogencia a dedo, NO a la coacción de nuestras libertades, NO a la intolerancia, NO a la centralización, NO al terrorismo, NO a la inseguridad, NO a la violencia… NO a la Reforma Constitucional.

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